WasteReuse

WasteReuse va dirigido al desarrollo de prácticas agrícolas nuevas y alternativas que empleen residuos agrícolas tratados (o potencialmente no tratados) y que incidan no sólo en la producción, sino también en la calidad del suelo, del agua y del aire, prestando una atención especial a los parámetros relacionados con las propiedades del suelo, la relación suelo-clima y las condiciones medioambientales.

Existen numerosos proyectos sobre el desarrollo de tecnologías de tratamiento de los residuos agrícolas que han sido sufragados a través de los programas de financiación europeos, especialmente LIFE. La mayor parte de dichos proyectos se han centrado en el desarrollo de tecnologías innovadoras para el tratamiento de residuos y para la generación de residuos “más limpios” mediante una mejora de los procesos de producción. Además de las comunidades de investigadores y científicos europeos, existen empresas e individuos (pymes, ecologistas, etc.) que han desarrollado tecnologías u optimizado los procesos de producción para mejorar la calidad de los productos finales y minimizar los volúmenes de residuos, contribuyendo así a reducir la degradación medioambiental provocada por la eliminación de dichos residuos.

Las aguas residuales tratadas y los lodos compostados producidos gracias a estas tecnologías podrían utilizarse para el riego o fertirrigación de cultivos una vez evaluados y definidos los términos específicos y las condiciones que confirmen su adecuación para el crecimiento de las plantas y la ausencia de problemas medioambientales o de fitotoxicidad.

Casi todas las tecnologías desarrolladas incluyen el tratamiento de lodos y/o aguas residuales a fin de garantizar una eliminación segura en entornos acuáticos y terrestres, así como una posible utilización para el riego y la fertilización. Sin embargo, para poder emplear en la agricultura los residuos tratados que tienen un alto contenido en compuestos orgánicos e inorgánicos, sería necesario realizar un estudio preciso y exacto que abarque dos de los principales puntos finales: el suelo y los cultivos.

Con respecto al suelo, la eliminación continuada de residuos (tratados y no tratados) puede provocar una degradación severa de las propiedades cualitativas y de fertilidad si los términos y restricciones específicas no se consideran y adaptan consecuentemente. Las propiedades del suelo como su textura, pH, contenido en nutrientes y mineralogía juegan un papel importantísimo en la posible aceptabilidad de los residuos.

El suelo es un recurso primario para la producción agrícola, siendo su protección y mejora aspectos fundamentales para la agricultura. La utilización de residuos orgánicos en el suelo puede contribuir a mejorar las condiciones de éste y a proporcionar los nutrientes necesarios para la producción vegetal. Sin embargo, el uso de métodos inadecuados de utilización de residuos orgánicos podría causar la pérdida de nutrientes debido a los fenómenos de escorrentía y lixiviación.

Estas posibles pérdidas de nutrientes por fuente difusa podrían originar degradación medioambiental y eutrofización de las aguas superficiales, así como posibles riesgos para la salud de las personas.

Esta creciente preocupación medioambiental por la eliminación de residuos orgánicos debe contribuir a la realización de estudios de campo y laboratorio, a fin de desarrollar métodos mejorados que permitan un uso de los productos residuales que minimice la degradación medioambiental y beneficie tanto al suelo como a los cultivos. Los estudios deberían centrarse en los efectos de la aplicación de los residuos sobre la carga de nutrientes del suelo, en el desarrollo de las mejores prácticas de manejo para la aplicación de los residuos, y en la evaluación del impacto que la utilización de residuos tiene sobre las propiedades del suelo.

El tratamiento previo que se haga a los residuos antes de su utilización, así como las características cualitativas y cuantitativas de estos, deben estar en consonancia con las propiedades del suelo. Por tanto, el objetivo final debería ser la aplicación de los residuos agrícolas en los terrenos agrícolas de tal forma que el suelo pueda descomponer, filtrar o absorber electro-químicamente los elementos tóxicos eficazmente, permitiendo así que una disolución limpia se filtre a través del suelo mientras que, simultáneamente el suelo mantenga su capacidad de absorción para asegurar un sistema sostenible.

Por lo que respecta a la producción de cultivos, debería evaluarse la tolerancia de los cultivos a los residuos aplicados así como las prácticas de aplicación a fin de lograr un bajo insumo (agua y nutrientes), alta producción, productos de gran calidad, bajo coste de producción y, por tanto, un aumento en los ingresos de los agricultores.

Se necesita un enfoque integrado para establecer directrices, términos y condiciones que consideren a los agricultores, el medioambiente, los cultivos y el suelo como integrantes de un sistema cuyos componentes están interrelacionados y se influyen mutuamente. Este enfoque podría consolidarse si se recaban y evalúan los resultados obtenidos en los proyectos realizados hasta ahora y a través de otras tecnologías ya desarrolladas.

La categorización de los mismos en virtud de su adecuación para ser aplicados a distintos cultivos cultivados en diferentes condiciones climáticas y del terreno, y mediante la utilización de los análisis del ciclo de vida y del análisis de riesgos como herramientas de evaluación, permitirán que en el marco de WASTEREUSE se desarrollen, implanten, demuestren y transmitan ampliamente unas prácticas agrícolas alternativas que empleen residuos agrícolas tratados y algunos posiblemente no tratados.

Además, la protección de la calidad del suelo, aspecto a menudo ignorado, se considerará y reconocerá como parte integrante de las prácticas desarrolladas.

Finalmente, WASTEREUSE establecerá términos y condiciones específicas para la utilización de residuos agrícolas en la agricultura y propondrá recomendaciones legislativas para la elaboración de políticas de reutilización de los residuos agrícolas.